Sánchez espera de Marruecos un compromiso para frenar la entrada de ilegales

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Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • RABAT
  • Enviado Especial
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Hoy jueves se producirá, en Rabat, el primer encuentro entre España y Marruecos tras el reconocimiento del Gobierno a la posición marroquí sobre el Sáhara. Un gesto, impulsado de forma unilateral por el presidente Pedro Sánchez, que Moncloa espera que sirva para volver a Madrid con compromisos firmes por parte del rey Mohamed VI en materia de flujos migratorios y de integridad territorial.

Fuentes del Gobierno, consultadas por OKDIARIO, se muestran convencidas de que tras la reunión que mantendrán Sánchez y el rey marroquí -en la que estará presente también el ministro de Exteriores, José Manuel Albares-, los representantes españoles puedan anunciar que Marruecos refuerza sus cuerpos de seguridad encargados de controlar la salida en origen de los inmigrantes irregulares que llegan a territorio español.

Pese a que Pedro Sánchez reconoció por escrito que los planes marroquíes sobre el Sáhara eran la propuesta “más seria, realista y creíble” que había sobre la mesa, no ha habido ningún retorno por Marruecos. Un giro histórico en la posición de neutralidad que hasta ahora había mantenido a España y que era tratada como una cuestión de Estado. Hasta mediados de marzo cuando el presidente y el ministro de Exteriores, sin dar cuenta a nadie más, cambiaron la postura sin consenso. Y sin apoyo alguno. Ahora se enfrentan a la soledad de su decisión.

Marruecos acusó el recibo de la misiva y la filtró a El País. Pero no fue hasta el pasado jueves, tras evidenciar que ese giro era una cuestión que dirimía únicamente al PSOE -ya que ni sus socios ni la oposición le respaldaron en el Congreso-, cuando Mohamed VI se puso en contacto con el jefe del Ejecutivo. Llamó a Sánchez horas antes del viaje que iba a realizar Albares  con empresarios  y con 1.700 invitados en la Embajada de Rabat, que se quedaron con las ganas. El rey marroquí canceló esa visita para forzar una visita presidencial inminente -que no se preveía hasta de aquí un mes-.

Pero, ni tras recibir la carta ni tras esa llamada, el monarca alauí dio garantía alguna a Sánchez de que iba a poner todas las herramientas a su alcance para frenar la salida de inmigrantes desde las costas de Marruecos hacía las Canarias o a través de los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla. Y aún menos, pese a lo que manifestó el presidente, garantizó que iba a respetar la unidad territorial de España y no iba a reclamar ni las ciudades autónomas ni el archipiélago canario.

Pedro Sánchez espera que sea este jueves en Rabat, bien en la reunión o en la cena que rompe el ayuno del Ramadán que se celebrará inminentemente después del encuentro, cuando Mohamed VI se comprometa explícitamente a ello. Y que lo que dejó por escrito la Casa Real de Marruecos, de trabajar «con lealtad y respeto» no se quede en palabras vacías. Que «realmente se habrá una nueva etapa de relaciones» sostienen.

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